Había escuchado solamente buenos comentarios de esta serie de libros escrita por Rick Riordan pero nunca me había dado el tiempo para leerlos. Una vez que leí el primero, me seguí con este de inmediato y no me arrepiento de nada.
Luego de una primera parte con muchas páginas dedicadas a la presentación de los personajes y su situación, en esta segunda parte las aventuras empiezan muy pronto: un ciclo escolar que parecía ser diferente a los anteriores termina con un partido de basquetbol explosivo y el regreso de los personajes ya conocidos.
Me gusta mucho cómo las interacciones entre los pubertos y los adultos son presentadas: no solamente están los retos propios de la diferencia de edad sino también las relaciones entre dioses, mortales y héroes, una forma diferente de mostrar cómo a veces los adultos no sabemos más sino simplemente tenemos más experiencia a lo largo de los años.
Percy es un personaje simpático y en ocasiones rebelde, como buen protagonista de serie de fantasía, sus características se complementan con las de sus mejores amigos, Annabeth y Grover, de tal manera que forman un equipo único.
Me sorprende cómo el autor logra que parezca muy sencillo hilar los mitos clásicos con la realidad actual, las situaciones en las que coloca a los dioses, sus deseos y sus batallas encajan muy bien con lo que se presenta de ellos en los textos antiguos.
Creo que el autor también tiene muy claro quiénes forman su público y sabe cómo dirigirse a ellos, desde su diversidad, sus problemas y sus anhelos, lo cual crea una obra con la que es posible empatizar fácilmente. Además la forma de organizar los capítulos le da dinamismo y provoca en el lector ganas de seguir con la historia para conocer el desenlace.
Una historia que despierta la curiosidad por saber más de la mitología y que puede llevar a muchas más lecturas.
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