En esta historia conocemos a la familia extendida Chacón: Águeda es una autora de terror que ha amasado una inmensa fortuna y al morir, en lugar de dejarla a una persona en específico, arma una competencia entre sus parientes. Seguimos a los hermanos huérfanos Chuy y Chabe Chacón Chícharo, quienes parecen ser los únicos decentes en esa familia. Poco a poco iremos conociendo al resto de los familiares y descubriremos que sí hay más con buen corazón.
La competencia consiste en pasar una noche entera en cada una de las 12 propiedades elegidas por Águeda, cada una más terrorífica que la anterior, cada una con un "ocupante" que tiene una predilección en particular, cada una con un acertijo para conseguir la llave para la siguiente prueba. Los hermanos, a pesar del miedo que les inspira la competencia, deciden participar para no tener que regresar al orfanatorio donde vivían después de la muerte de sus padres.
Me gustó mucho cómo se van presentando los parientes, a través de sus acciones y maldades, de sus trampas y argucias para ganar, cada uno es más ambicioso que el anterior y no les importa ir contra las reglas para conseguir su objetivo. Más de una vez quise ahorcar a varios de los participantes.
Los hermanos tienen dos personalidades muy distintas: Chuy es optimista, servicial y alegre mientras que Chabe es pesimista, desconfiada (con buenas razones) y tiende a entristecerse. Sin embargo, uno es lo más importante para el otro, se cuidan y procuran lo mejor para cada uno, asunto muy complicado cuando cada noche están a punto de ser asesinados, ya sea por los ocupantes o por familiares.
En los últimos capítulos creí que todo había sido en vano, sin embargo las cosas se fueron acomodando y el final me dejó satisfecha.
Una lectura muy recomendable para quienes gusten de las emociones fuertes, de los sustos y obviamente de los pericos que tienen más de una personalidad.
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