Se trata de la historia de 4 mujeres que dejan mensajes en los contestadores de interlocutores con los que no tienen el coraje o la posibilidad de hablar en vivo.
Viviana, quien asume una deuda económica y le cuenta a su padre por qué decidió pagarla y cómo lo está haciendo, un proceso en el que pierde su identidad y luego la reconstruye.
Carmela, una septuagenaria a quien le diagnostican cáncer y en lugar de pedirle a su hijo que vuelva de su trabajo en África, se dedica a dejarle mensajes contándole cómo su vida. Ella será uno de los ejes que reunirá de alguna manera a las 4 protagonistas.
Sara, una joven que no sabe si quiere casarse, no sabe si quiere seguir viviendo y es obligada a tomar terapia pero lo hace a su manera: le deja mensajes de voz a su terapeuta y él le contesta con mensajes de correo electrónico. Esa relación se volverá más complicada de lo que parecía.
Marina, una abogada especialista en divorcios que debe enfrentar el propio y lo hace al dejarle mensajes en el celular al hombre del que se está separando. Deberá reinventarse y tomar una decisión para apoyar a su amigo y socio.
Cada historia tiene sus propios conflictos y la manera en la que se van uniendo hizo que a partir de la mitad ya no quisiera dejar de leerla. Me gustó mucho que, a pesar de todo, tiene un final esperanzador para las protagonistas.
Me recordó al estilo de Almudena Grandes, en especial a Modelos de mujer y Atlas de geografía humana: un grupo de mujeres a quienes vamos conociendo y empatizando con ellas, con quienes sufrimos y hacemos descubrimientos, a quienes al final no queremos dejar ir.
Vaya! Me gustan esas historias protagonizadas por mujeres y que se ven desde diferentes perspectivas.
ResponderEliminarY luego la manera en que se entrelazan, no me la esperaba.
EliminarGracias por comentar :)