Después de leer Tsunami, la compilación de historias de mujeres sobre ser mujeres publicada por Sexto Piso, en especial el texto de Daniela Rea, Mientras las niñas duermen, me dije que ya era el momento para leer Casas vacías de Brenda Navarro publicado por Kaja negra.
Lo empecé a leer en el trayecto del trabajo a mi casa y seguí leyéndola hasta terminarla: es una historia cruda y realista sobre el ser madre, sobre la pérdida y sobre el amor propio.
Conocemos a la mamá de Daniel y la mamá de Leonel: a la primera le llega la maternidad sin quererlo y la segunda ha pasado varios años buscándola. Son de diferentes niveles económicos pero eso no impide que haya más similitudes que diferencias entre ellas: su angustia ante no saber cómo ser madre, su difícil vida de pareja, la búsqueda de su propia identidad.
Está narrada desde la perspectiva de ambas mujeres y con cada una de ellas nos adentramos en realidad que se intersectan pero nunca se sobreponen: las dos madres se encuentran en una fiesta donde la mamá de Daniel es invitada y la mamá de Leonel lleva los dulces. Ahí se cruzarán sus destino sin saberlo ninguna de las dos.
Es una lectura difícil por el tema y por la forma en la que se aborda: sin decorarla ni dulcificarla: los eventos les suceden y ellas deben tomar la decisión de seguir viviendo a pesar de todo.
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