Fui sin muchos ánimos a la clase de pilates, me decía a mí misma: es una clase pesada pero lenta, así que puedes no esforzarte tanto. Ajá. Como si me hubiera leído el pensamiento la instructora, en lugar de pilates "normales" cambió la clase por "power pilates" o sea, los mismos ejercicios pero con menos pausas y más repeticiones. Viva. Obviamente hice mi habitual 60-70% de la clase y acabé molida pero sorprendentemente relajada: cada que salgo de esta clase me siento más alta, será tanto estiramiento.
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