Lo que más me gusta de los libros de Ali Hazelwood es la creación de un universo donde crees que de verdad existen los personajes que describe. Lo que menos me gustan son los pasajes sexuales porque considero que, en muchas ocasiones, están de más pues no le aportan nada a la trama. La diferencia con esta novela es que esos pasajes son esenciales para que se cumpla con el cliché que sirve de base para la historia: de enemigos a amantes.
En esta novela conocemos a Misery, una vampira que toda su vida ha sido un objeto para intercambiar más que un individuo, quien debe casarse con Lowe, el alfa de la manada de hombres lobo de la región. Desde el principio sabemos lo que va a suceder y, aunque no es sorprendente la manera en la que pasa, sí es entretenido, además de haber un par de sorpresas en el último tercio de la historia.
Mi personaje favorito es Misery, no solamente porque es una amiga leal que intentará por todos los medios encontrar a Serena, sino por su sentido del humor. Podría parecer un mecanismo de defensa ante el nulo poder de decisión que tiene sobre su propia vida, sin embargo, también le da una manera especial de relacionarse con quienes la rodean.
Lowe, por su parte, también me simpatizó pues no es el típico macho indestructible sino que puede mostrar su lado vulnerable y sentirse preocupado por su hermana pequeña. También tiene una forma muy chistosa de acercarse a Misery, lo que convierte su historia de amor en algo menos absurdo.
Una historia sobre las apariencias y cómo pueden engañar a todos.
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