Me llamó la atención el tema y la forma de presentar desde el título con una etiqueta de redes sociales. Cuando empecé a leer me simpatizó el protagonista: un chico de 17 años que relata los sucesos que vivió hace un año cuando se desató una epidemia en la ciudad donde vive y eso lo llevó a conocer personas y tomar decisiones que no esperaba.
Bosco es un chico que ha pasado de escuela en escuela y para ingresar a la siguiente debe entrevistarse solo con el director: ahí toma la primera decisión al ponerse creativo tanto con sus antecedentes como con los de su familia. Para sorpresa de todos, es aceptado en la escuela y ahí conoce a Moscamuerta, una chica que lo acompañará en la aventura. Este personaje me gustó no solamente por romper con el estereotipo de la chica medio tonta que aparece nada más para volverse el interés amoroso del protagonsita, sino porque tiene sus propios intereses y los explota para incidir en los hechos.
En cuanto a los adultos, están por un lado los papás de Bosco quienes darán información sobre la epidemia y serán quienes motiven una parte de la aventura. Por otro lado están los papás de Moscamuerta quienes brillan por su ausencia, hecho que es aprovechado para utilizar sus recursos.
La historia está acompañada por las ilustraciones de Irma Bastida Herrera las cuales le dan un toque más extraño a los personajes y a las situaciones. Además la edición, si bien es bonita con pasta dura e ilustraciones a color, es un poco difícil de llevar a todos lados para leer, lo que me restringió su lectura a estar en casa.
Una historia sobre el enfrentarse a uno mismo para sortear los problemas que aparecen, sobre la amistad y sobre encontrar el propio camino, a pesar de tener que ir a la escuela.
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