martes, 14 de agosto de 2018

Aunque diga fresas

Andrea Ferrari es una escritora argentina que se dedica a la literatura infantil y juvenil, con muy buenos resultados.

Esta es la historia de Ayelén: una chica argentina que debe mudarse a España porque allá encontró trabajo su padre. El trato es que probará durante un año y si no está conforme, se puede regresar a su patria. Las cosas se le complican cuando empieza a hacer amistad con sus compañeros de clase, todo a partir de una apuesta de un par de ellos.

La narradora es la propia Ayelén, quien además de contar la historia de la apuesta, intercala diálogos que entabla con sus amigos que sirven para aclarar o dar más información, sobre todo lingüística. En este sentido me recordó a Pibe, chavo y chaval de Ana Luisa Anza, en la cual los chicos tienen enredos por los dialectos de español que cada uno habla. En el caso de Atelén una de las muestras de rebeldía para no adaptarse a su nuevo contexto es seguir usando el vocabulario de su dialecto argentino: frutilla por fresa, por ejemplo, tal como está indicado en el título.

Me cayó muy bien Ayelén y en general todos los jóvenes: cada uno tiene una personalidad definida que se va acoplando con los demás para formar el grupo que queda en el desenlace.

En cuanto a los adultos, la familia de Sergio que siempre está al pendiente de él encontraste con el papá de Claudio, quien está más concentrado en resolver sus propios problemas. La familia de Ayelén que busca lo mejor aunque eso implicó dejar todo en Argentina.

Novela muy recomendable para los pubertos, les puede parecer atractivos los temas de pertenencia y búsqueda de amigos, además de cómo aceptar los cambios en los que no pueden opinar. La leí en Bookmate, si quieren probar esta aplicación gratis con cuenta premium por un mes, sigan este enlace y regístrense.


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