Hay momentos en los que no me creo el lenguaje de la puberta, pero pasa porque en la mayor parte de la historia reacciona como tal y por eso llega a ser tan molesta como real.
Me quedó a deber más detalles de Claudia y Esteban aunque creo que fue un buen recurso para no desviarnos del asunto principal.
Me hubiera gustado también saber más del abuelo Efrén y de su relación con la abuela pero, otra vez, hubiera sido salirnos del tema principal.
El final es a partes iguales esperanzador y triste, me dejó con ganas de saber más de lo que pasaría con las protagonistas pero al mismo tiempo me dio una sensación de cierre.
Perfectamente me imagino a las pubertas que conozco leyendo y disfrutando esta historia, aunque no sé si a los pubertos también les atraiga.
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