Son historia tristes con ese estilo cuidado propio de Wilde, con una moraleja que no es tan evidente (incluso cuando es remarcada por alguno de los personajes).
Recuerdo especialmente cuando leí "El gigante egoísta" y "El ruiseñor y la rosa" en una edición muy linda que me regaló mi mamá pero quedó perdida en el tiempo. Me impactó en aquel momento y de nuevo ahora cómo el pequeño pájaro decide dar su vida por algo que él cree que es indispensable, mientras que los humanos lo veían nada más como un capricho: una realidad que seguirá repitiéndose.
Tengo mucha curiosidad por ver cómo reaccionarán los pubertos ante estas historias.
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