Triste día, se va el instructor de la clase de high-low, otra vez por malos manejos del gerente del lugar. Lo único que me queda es esperar que me sorprendan con clases diferentes.
Me cansé de las piernas en la segunda clase, pero nada como un viaje a la playa para darme cuenta de que estoy todavía muy lejos del objetivo de recuperar el cuerpo y la condición de hace unos años: seguimos en el camino para lograrlo.
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