El mes que entra cumplo un año que regrese al gimnasio, es decir, al ejercicio en forma. Fueron casi dos años que no hice casi nada: de que me casé hasta que compramos la tabla para el Wii, no hacía nada de nada, luego con la tabla incorporé a mi rutina de recién casada el ejercicio y hacía por lo menos media hora diaria, hasta que finalmente hace un año abrieron el gimnasio super cerca de mi casa, me emocioné y me inscribí. El primer mes usaba solamente las diversas elípticas porque todavía no habían programado bien las clases. Los siguientes dos meses fue de adaptarme a las clases, entre que aparecían y desaparecían, acomodaban horarios e instructores. Ya a partir del cuarto mes sentí que había vuelto a la rutina de antes de casarme: el ejercicio otra vez era parte de mi día a día y eso me trajo muchas cosas buenas: controlar mejor el estrés del trabajo oficinil, estar más feliz, sentirme mejor con mi cuerpo y aprovechar mejor el tiempo.
Pero ahora que se va a acabar mi anualidad, me entra la duda de si voy a volver a comprarla o no.
Pros:
1. La presión de saber que ya pagué todo el año es indispensable para levantarme del sillón, cambiarme y salir de la casa.
2.La presión del grupo y del instructor es necesaria para seguir y terminar las rutinas, cuando hago videos a veces hago trampa y me salto los ejercicios más complicados para mí.
3. A pesar de que no he hecho amistades más allá de saludar y sonreír a las compañeras o cruzar alguna palabra amable, sentir que pertenezco a esa comunidad me gusta: me gusta que parte de mi identidad sea ser una señora que va al gimnasio.
Contras:
1. Van a aumentar mucho la cuota, como un 50% en la anualidad y ahorita no tengo esa cantidad, tal vez dentro de un mes sí.
2. Existen miles de recursos en internet gratuitos para hacer ejercicio, ya me compré mi pelota y mis mancuernas, con eso podría hacer ejercicio suficiente.
Pareciera que mi único "pero" es el dinero y visto así no vale mucho la pena agobiarme, ¿no? Pero soy la reina del agobio... tengo unas semanas más para decidirme y no sé qué hacer.
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