No tenía muchas ganas de ir al gimnasio, no sé realmente por qué. Pero me animé, agarré mis tenis y me fui: cuando llegué y vi que iba a ser clase de circuito en lugar de coreografía, casi me voy a la caminadora, pero no, me quedé y logré disfrutar la clase, no tanto como la de coreografía, pero bien.
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