No sabía exactamente qué esperar de esta historia, había leído muy poco sobre el musical pero nada me preparó para lo que me encontré: intrigas políticas, pelea por derechos humanos, rivalidades entre amigos.
La historia empieza muy lejos de cuando llega Dorothy a Oz, con la formación de la pareja que sería luego los padres de Elphaba, la bruja del Oeste. No sé si esperaba una historia llena de magia desde el inicio, que tuviera una formación escolar, que mostrara sus poderes familiares, no lo sé.
Me costó mucho entrar en la historia y mucho más sentir simpatía por los personajes, no porque no están bien descritos sino porque no eran lo que me imaginaba: Melena, la madre de Elphaba, es una persona llena de arrepentimientos y que no sabe cómo tratar a sus hijas; el papá, un ministro religioso, brilla por su ausencia; su hermana necesita de todos los cuidados y las atenciones familiares.
Cuando se va a estudiar a la Universidad de Shiz pensé que empezaría lo mágico, pero no: la directora es mala, sus compañeros crueles y el único profesor que vale la pena, es despedido. Aquí empieza el activismo para defender los derechos de los Animales (con mayúscula, para diferenciarlos de los que no tienen una conciencia como la de los seres humanos) entre los cuales se encuentra el profesor.
Por el último tercio de la novela, empiezan a llamarla la bruja del Oeste, más por sus convicciones que por sus actos mágicos, para llegar al momento en el que llega Dorothy y mata primero a Glinda y luego a Elphaba.
Al buscar más información, me entero de que hay otros dos libros que continúan con esta historia, pero francamente no me quedaron ganas de seguir leyendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario