En esta novela conocemos a Jane Jiménez una chica de 16 años que vive en Phoenix, Arizona cuyos padres emigraron de México. En el momento en que nos la presentan, Jane está empezando a descubrir quién es ella a través de la experimentación, del reconocerse en los otros y de la lectura.
Me encantó la protagonista pues tiene dudas, miedos y sentimientos encontrados que no oculta, a veces se siente feliz y luego no, tiene conflictos tanto con ella misma como con quienes la rodean y lo más importante, no se conforma con una sola respuesta.
Lo que más me conmovió es la relación que tiene con sus amigas porque en esa etapa no solamente son un apoyo y una certeza sino también se convierten en un reflejo de ella misma.
Mención aparte merecen los intereses amorosos: todo en esa edad es la más grande tragedia y la más maravillosa de las emociones y en ellos también encuentra ese camino que va buscando para llegar a ser ella misma.
Además obviamente de las referencias a Jane Austen: la protagonista se encuentra con sus novelas y la acompañamos también en su travesía lectora conociéndola y disfrutándola, tanto, que dan ganas de volver a leerla toda.
En cuanto a los adultos, no tienen un papel extenso en la historia pero sus intervenciones son esenciales. Me gustó en especial cómo es la relación de la protagonista con su mamá pues la respeta y le permite tener ese trayecto para saber quién es.
Una lectura muy recomendable no solamente para quienes están atravesando esta etapa sino para todos los que deseen reflexionar sobre sí mismos.
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