Louisa se va a vivir a Nueva York a trabajar como asistente de la segunda esposa de un multimillonario. Pareciera un trabajo sencillo, pero conforme avanza el tiempo las relaciones con los Gropnik se tornan cada vez más confusas. Sin embargo, Louisa encuentra cosas positivas, hace amigos y empieza a encontrarse a sí misma.
Me gusta que se incluyan algunas de las cartas que Will le envió a su madre mientras él vivía en Nueva York: se convierten en un lazo entre ellos dos, así como para nosotros lectores en un lazo con la historia original. Lo mismo pasa cuando se nombra a los personajes del primer volumen: uno siente que está volviendo a ver a un viejo amigo.
Obviamente el tema del amor es central: Louisa es novia de Sam, el paramédico que la ayudó en el accidente que tuvo, su relación apenas iba comenzando cuando ella decide irse al otro lado del océano. Allá conocerá a un hombre que le recordará tanto a Will, que la hará dudar de sí misma.
Mi personaje favorito fue Margot, la anciana vecina cascarrabias con un perrito pug malhumorado. Será ella quien le sirva de inspiración a Louisa y le ayude a ver con perspectiva fresca su vida y sus aspiraciones.
Un libro ligero, con drama, romance y personajes simpáticos.
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