Me fui temprano al gimnasio a hacer spinning en lugar de pilates y me sorprendí. Como el lunes pasado me había cansado mucho, iba temerosa de acabar igual, pero no: la clase fue diferente, sin tantas subidas y más bien periodos cortos muy rápidos y mucho sentarse y pararse. Acabé cansada pero lo disfruté más, porque también encontré un mejor modo de sentarme, para no acabar tan adolorida.
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