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Me gusta que la narración sea en primera persona, que sea Katniss la que nos vaya narrando todo y vayamos descubriéndolo todo junto con ella, que sea tan fácil identificarse con ella pero también desesperarse por su forma de ser y a veces no entender por qué no reacciona como yo esperaría.
Obviamente están los dos chicos:
Gale, el compañero cazador, amigo de toda la vida, sobreviviente y confidente, tan fácil de imaginarse la vida de Katniss con él, hasta que llega la cosecha y ella se va la los juegos del hambre.
Peeta, a quien fui conociendo junto con Katniss, sospechando de él, desconfiando y al final dándome cuenta de que es el bueno, que como le dice el mentor: "Ni en diez vidas te lo merecerías".
El mentor Haymitch, decadente vencedor de hace 25 años, que hasta ahora no me explico cómo fue posible que sobreviviera, demuestra que es un buen mentor, pues los orilla a sacar lo mejor de cada uno y a confiar en sus capacidades.
Cinna, cómo me cayó bien el diseñador del vestuario, aunque al principio me dio tanto miedo como a Katniss lo del vestuario en llamas, luego se va ganando el cariño y la confianza.
La mamá, pobrecilla, viuda y con dos niñas, la odié cuando se deja caer en la depresión, pero la comprendí y luego me cayó mejor.
Prim, la hermanita a la que hay que proteger, sin mucho desarrollo del personaje, para mi gusto.
Sigo entonces con la lectura de la segunda parte, que el capítulo 19 casi me hace gritar.
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