El inicio del libro, como un cuento de hadas me llevó a tener mis dudas sobre el desarrollo pero al ir leyendo cada uno de los capítulo situados en diferentes tiempos y espacios, me fue atrapando hasta que ya no quería dejar de leer.
Cada una de las historias tiene personajes con lo que es muy sencillo empatizar, situaciones de injusticia que quisiéramos solucionar y un desenlace queda en suspenso, además de la música como hilo conductor que las va uniendo.
El final me sorprendió gratamente no solamente por el tono esperanzador con el que concluye sino por la manera de no dejar cabos sueltos.
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