Acabo de cumplir un año con el hábito de los audiolibros, sobre todo en los momentos de traslado hacia mi trabajo y cuando hago labores de limpieza en casa. Al principio sí batallé en concentrarme, pues lo que se encuentra en mi entorno me distraía pero poco a poco aprendí a enfocar mi escucha sin perder lo que sucede a mi alrededor.
Para mis primeras experiencias elegí historias de ficción, en especial las de fantasía escritas por Laura Gallego en su trilogía Memorias de Idhún, que me transportaron a otro mundo cuando el mío no me estaba agradando. También empecé escuchando solamente en español pero luego me animé al inglés y descubrí que también me podía concentrar y comprender, seguir la trama y emocionarme en ese idioma.
En total he escuchado 70 libros, unos más extensos que otros, unos más entretenidos que otros, pero sin duda cada uno de ellos me permitió descubrir una nueva manera de acercarme a los textos, desde otro sentido pero con las mismas ganas y los mismos sentimientos.
Hasta ahora no he abandonado ninguno pero creo que si llega la ocasión no dudaré en hacerlo, pues el tiempo de escucha, al igual que de lectura en papel o digital, también es limitado. He escuchado a los propios autores leer sus textos, actores de cine y televisión, locutores profesionales y una mezcla de ambos: los que más he disfrutado son aquellos en los que se transmiten las emociones de la trama.
En cuanto a la velocidad de escucha, hubo un caso en el que tuve que seguir con el resto de los títulos de la trilogía en digital porque mis ganas de saber qué seguía eran más que la velocidad a la que podía escuchar. A pesar de que escucho al doble la grabación, mi experiencia con la letra impresa es mucho más amplia y puedo leer mucho más rápido.
Uno de los casos más especiales es la novela La Regenta, que estuvo en mi buró por varios años y nada más no podía acercarme a su lectura; en cambio, en audiolibro la disfruté mucho y conecté con sus personajes.
Lo que más he escuchado son novelas pero también autobiografías, ensayos y narraciones; todos los he aprendido a disfrutar si bien la no ficción me exige mucha más concentración.
Definitivamente un hábito que quiero continuar cultivando, con el objetivo de mejorar mi comprensión auditiva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario