viernes, 24 de marzo de 2023

El gato que escuchaba a Brahms

Esta quinta historia protagonizada por Jim Qwilleran y su par de gatos siameses Kao K'o-Kung (Koko) y Yum Yum escrita por Lilian Jackson Braun no se desarrolla en una ciudad sino en un pueblo, lo cual es extraño para nuestros protagonistas.

Qwill decide pasar el verano en una cabaña junto al lago que le presta su tía Fanny, amiga de su madre durante su juventud. Desde que llega Jim no se siente cómodo dejando las puertas sin llave y el tiempo le dará la razón. 

Cada uno de los habitantes de Mooseville con los que interactúa parece tener algo que ocultar y así sucede: nadie es lo que aparenta ser y solamente Koko podrá ayudar a Jim a resolver el misterio, pues ninguno de los habitantes está dispuesto a hablar mal de su lugar de residencia. De igual manera, cada uno tiene sus propias motivaciones y un carácter bien distinto entre sí, lo cual nos permite hacernos una idea general de la manera de relacionarse entre ellos.

Una vez más el papel del gato siamés es indispensable para el desarrollo de la trama así como en la resolución del misterio y tampoco en esta ocasión recibirá el reconocimiento que se merece. Me gustaron un par de revelaciones del final en las cuales se explican hechos relacionados con el misterio principal pero es la primera vez en esta serie de libros en la cual queda un cabo suelto en el desenlace: una decisión crucial en la vida de Qwill.

Así que seguiré leyendo para saber cómo se resuelve y poder ver más en acción a Koko.



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