Esta es la quinta novela y la primera con gran extensión: casi 600 páginas. Está editada por Tusquets en 2002 y fue la primera obra con la que me enganché a la autora. Si bien había leído Atlas de geografía humana y me había gustado, no era una historia única, sino más una novela coral. En cambio, en este caso son tres historias que se ven unidas por el azar y luego por decisión de los involucrados.
Por una lado tenemos a Sara Gómez, una mujer mayor que fue criada para buscar primero solventar los intereses de los demás antes que los suyos. Se dedica a los negocios y ha logrado darles excelentes resultados a los inversores, ahora será su turno y veremos si es capaz de pensar por una vez primero en sí misma.
Por otro lado tenemos a Juan Olmedo, un médico sin mujer ni hijos pero a quien le llegaran de refilón un par cuando falten sus consanguíneos. Deberá hacerse cargo de ellos y de sí mismo, deberá dejar a un lado el egoísmo que lo ha llevado a su vida solitaria y tendrá que encontrar un equipo que le ayude a lograrlo.
Finalmente está Maribel, una madre ante todo, porque hace lo que sea necesario para que su hijo pueda crecer lejos de la influencia de su padre biológico.
Los tres formarán una familia por decisión, que son las que mejor funcionan, estarán unidos en contra de esos aires que no importa de la dirección que vengan, suelen traer eventos desastrosos para ellos.
Hablando de los aires del título, estos son un personaje más: en la costa de España es tan importante la dirección del viento que tienen nombres específicos para cada uno y los rituales pertinentes para contrarrestar los efectos que pueden llegar a tener en los habitantes.
Me gustó mucho cómo conocemos a los personajes por separado y luego somos testigos de cómo se van entrelazando, primero sin querer y luego con toda la voluntad.
Mi personaje favorito es Sara, quien desde niña fue educada rectamente y continuó así hasta que se dio cuenta de que no era lo que más le convenía a sus propios intereses.
Muy recomendable para quienes gusten de novelas de largo aliento, para quienes no teman (incluso deseen) pasar muchas tardes de lectura con los mismos personajes, para quienes se encariñen con ellos y a poco les sepan las páginas que van transcurriendo.
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