lunes, 15 de febrero de 2016

La guerra no tiene rostro de mujer

Después de leer "Voces de Chernobyl" me quedé con un sabor agridulce que no me impidió desear leer el otro libro traducido al español de la ganadora del Nobel.

A inicio de este volumen y al inicio de cada apartado hay una breve introducción de la autora donde nos relata un poco de su experiencia al recopilar los testimonios, ordenarlos y ofrecerlos a las editoriales. Me gustó y no me gustó ese añadido, por un lado, da una perspectiva de las cosas que enfrentó para lograr la publicación pero por otro se pierde un factor digamos de sorpresa que sí tenía el otro libro: entrar de lleno a la historias crea un ambiente diferente.

Lo fui leyendo dosificado porque es muy fuerte, aparentemente se ha dicho y se ha visto todo de las guerras pero no desde la perspectiva de los combatientes menos preparados pero no por ello menos entusiastas. Te lleva a la reflexión y a la duda, a las ganas de seguir leyendo y al deseo de hacer pausas para volver al mundo de hoy.

Es complicado decir que me gustaron estas historias pero sí, la manera de relatarlas, de unirlas y de presentarlas es un gran trabajo literario y periodístico.


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