lunes, 7 de diciembre de 2015

A Swiftly Tilting Planet

En la tercera novela del quinteto se hace un salto temporal de muchos años: Meg está casada con Calvin y esperan su primer hijo, los gemelos y Charles Wallace siguen estudiando y los padres siguen haciendo experimentos.

La acción se sitúa en la noche de Navidad, con la mamá de Calvin compartiendo la mesa con los Murry cuando de pronto una llamada del presidente interrumpe para pedirle consejo al padre sobre una muy probable guerra nuclear. Todos entran en pánico y mucho más cuando la señora O'Keefe le dice directamente a Charles Wallace que él puede evitar la guerra y le dice unos versos. Al principio no la toman muy en serio pero luego se dan cuenta de que pueden hacerlo con ayuda de un unicornio que lo llevará a viajar en el tiempo para cambiar el curso actual de los acontecimientos.

Me gustó mucho más cómo se maneja el mecanismo de los viajes en el tiempo en esta historia, la aparición del unicornio le dio un toque mágico y la unión que tiene Charles Wallace con Meg es mucho más estrecha en esta ocasión. Si bien todo sucede en una noche en el tiempo "real", Charles Wallace viaja a varias épocas y conocemos no sólo de la historia de migrantes sino de los corazones y cómo se pueden alterar por acciones aparentemente mínimas.



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