Cuando vi que habían puesto otra vez hig-low en el horario, me emocioné aunque con reservas. No sabía qué estilo iba a tener el instructor pero decidí ir a probar: me gustó mucho. Su estilo resultó ser súper-ultra afeminado, cantarín y desenfadado, al principio me chocó un poco pero luego me gustó y lo disfruté mucho. La dificultad fue menor que con el otro instructor pero la velocidad fue mayor, acabé cansada y contenta. Ahora sólo espero que lo dejen en ese horario.
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