En esta novela conocemos a Benjamín, un niño que debe ir a pasar unos días con su tío Lucio en un pueblo alejado de la civilización mientras sus padres van a ayudar a los afectados por un huracán. La principal resistencia de Benjamín es la localización del pueblo y una vez que está ahí se da cuenta de que no hay señal constante de internet y la presencia de su primo Tomás. Además el pueblo parece más misterioso de lo que recordaba y una de las primeras personas que se encuentra es Selene, una niña de la que todos piensan que tiene poderes sobrenaturales.
Poco a poco vamos a ir descubriendo los misterios que encierra no solamente el tío Lucio sino el primo Tomás y la casa en sí: Benjamín deberá hacer a un lado sus prejuicios, sus miedos y sus dudas para empezar a tomar decisiones.
Me gustó mucho la manera de presentar a los personajes: la información se va dando a cuentagotas y eso permite hacernos una idea que luego irá cambiando. Las revelaciones cerca del desenlace no me las esperaba.
Me cayó bien Benjamín, con todo y que al principio nada más se quejaba de su situación después fue madurando y dejó de lado su egoísmo. Caso contrario Vicente, uno de esos personajes que no son lo que aparentan. En el caso de Selene también tiene acciones inesperadas pero demuestra su lealtad.
En cuanto a los adultos tenemos primero a los papás de Benjamín quienes solamente está pensando en el bienestar de su hijo. El tío Lucio por su parte, también piensa en su hijo Tomás pero sus acciones son, digamos, extremas. Él será quien más sorpresas nos dé a lo largo de la historia.
Una historia sobre la aceptación y la solidaridad, recomendable para todo tipo de lectores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario