Como el título lo indica, en esta ocasión presenciamos un crimen que se relaciona con un "artista cruel": un pintor cuya obra retrata pasajes desgarradores de la vida, crudos y violentos, así como los materiales que utiliza para representarlos: sangre, heces, drogas.
Irene, la española; Karl, el pariente de Wolf; Ian el otro estudiante de intercambio; se verán relacionados con el crimen de manera indirecta: una de sus tareas escolares consiste en acudir a un espectáculo artístico, realizar una investigación y una entrevista a los involucrados. A ellos les corresponde ir a la inauguración de la exposición de Kurti Innauer, el famoso artista cruel. Justo el mismo día que acuden a su casa a hacerle la entrevista, se encuentra el cadáver de su novia. Los tres chicos, en mayor o menor medida, se involucran en la resolución del misterio y al final se llevarán varias sorpresas.
Me cayeron muy bien los personajes, cada uno cumple un rol que se han impuesto: Karl es quien desea dedicarse a la investigación y se autonombra el "Sherlock" del caso; Ian, al apellidarse Watson, no le queda más que ser el comparsa; Irena, por su mismo nombre de pila, será quien dé la mayor revelación para la solución.
En cuanto a los adultos, los dos investigadores permiten que los tres jóvenes cooperen en la investigación, los escuchan y los toman en cuenta. Los padres de los chicos también les dan su espacio y su voz es escuchada.
Me gustó mucho que al final se aclara con detalles todo lo sucedido en el caso, porque yo soy el tipo de lectora que le gusta esperar a la solución, no me gusta tratar de adivinar quién fue el culpable.
Una lectura muy entretenida y disfrutable, recomendable para todo tipo de lectores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario