De Javier Malpica únicamente había leído cuentos y tenía ganas de leer esta obra, de la cual, a pesar de haber leído que se había representado muchas veces, nunca supe el tema. Y fue muy grato y muy triste, agridulce, enterarme del tema conforme iba leyendo el texto.
Debo señalar que no se trata de una obra de teatro con todos los requisitos técnicos del género: no hay acotaciones, ni señalamientos de actos ni de escenas. Sin embargo, esa falta de detalles, más que dificultar la comprensión del mensaje (del sentimiento, sobre todo) logra que el lector les vaya dando forma y sentido a las acciones y a lo que narran los propios personajes.
Los protagonistas son un par de hermanos: Mayor de 11 años y Menor, de 8. Sabemos que su madre murió y que se padre va a llevarlos con la abuela para que los cuide y a partir de ahí las cosas irán cambiando. Al no saber a ciencia cierta en dónde está el papá, Meno inventa, con base en la información que logra recabar, que se encuentra en la Atlántida, un lugar que según su maestra es hermoso y lleno de cosas preciosas.
Me gustó mucho la manera de ir conociendo a los personajes, la división de cada parte de la vida y el rumbo que van tomando: cuando llegué al último episodio suponía el desenlace pero no quería creerlo, cuando lo leí, de verdad me entristecí mucho, no sólo por la simpatía que despiertan los personajes, sino por la base de realidad que tiene.
Mención aparte merece el epílogo, un breve recuento de las puestas en escena en las que ha participado el autor, un poco de la recepción de la obra y mucho del efecto que causa en los espectadores: si yo solamente lo leí y me conmovió, no quiero pensar en lo que me habría pasado si la hubiera visto representada.
Muy recomendable para lectores de todas las edades, para presentar un panorama que a veces no queremos ver, por lo difícil que es.
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