lunes, 13 de agosto de 2012

Fifty Shades Darker

Buena segunda parte, buen final-final, bastante previsible la propuesta, sacado de la manga el accidente en el helicóptero.
Obviamente Ana iba a regresar con Christian en el segundo en el que lo volviera a ver, el final de la primera parte fue nada más para darle dos puntitos de sentido común a la protagonista, mismos que desaparecieron en la página 5. El espíritu de historia de amor disfrazada de libro porno sigue, un poco menos, pero se mantiene: ahora hay algunos momentos sexuales que simplemente no describe, tal vez porque ya la mayoría son muy vainilla y no vale la pena gastar tinta y papel en eso. Era obvio que le iba a pedir matrimonio y lo del accidente en el helicóptero me pareció un truco un tanto extraño para introducir el final-final: un malo maloso que tratará de hacerles la vida difícil en la tercera y última parte. Veremos si ya nos cuentan exactamente qué pasó en su infancia y si de verdad ya está "rehabilitado" o si tiene una recaída, nada más para darle sabor a la historia. Justo en estos días, esta frase cruza mi mente:

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