lunes, 10 de enero de 2011

5/30 antes de 30: las cajas II

En vacaciones aproveché y además de la depuración de ropa, las cajas también tuvieron una revisada. Como la canción de los perritos, de tres que me quedaban, ya sólo tengo dos, dos, dos: una de las cuales son pelis y discos, así que prácticamente no cuenta, digo, no nos vamos a deshacer de ellas en un futuro próximo.

Lo que más trabajo me costó fueron (otra vez) las fotocopias, de la maestría y de la licenciatura. ¿De verdad necesito tener carpetas y carpetas de artículos de revistas sobre el sintagma verbal, sobre la oración subordinada, sobre el aspecto léxico? No. Lo que aprendí de ellas lo tengo en mi cabeza, lo usé en mi tesis, obtuve el grado y me di cuenta de que ese camino no era para mí. Creo que ese enfoque me ha fallado: estoy muy contenta con haberme alejado de la "academia" y del "rigor" de juntar puntos y puntos para entrar al SNI, para mantenerte en el SNI y demás, pero a veces me cuesta desprenderme de objetos que aún son de ésa que fui. Si tuviera que determinar lo más valioso que aprendí en la maestría fue que la vida académica no es para mí, que la docencia me gusta, pero no las condiciones que hay en esta ciudad, que tengo la paciencia y la capacidad de hacer una investigación y reportarla en una tesis y que nada de eso me interesa ya. A veces todavía leo un poco sobre aspecto, sobre adquisición de L2 o sobre lingüística en general y me emociono, pero eso no es justificación para atiborrarme de papel.

Así que otra vez salieron de mi casa otros dos carritos del mandado llenos de fotocopias y demás papelitos y me sentí muy feliz. Podría decir que ese reto para mis 30, ya está cumplido y me siento feliz por ello.

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