Conocemos a Inés en un par de años que serán decisivos para su vida presente y futura: un evento reestructura su familia y a partir de ese momento empezará a cuestionarse si todo lo que le han enseñado es tan tajante como se lo han hecho creer.
Cada personaje cumple con un rol esencial en el desarrollo de la protagonista, si bien no todos están a su favor, si colaboran en la creación de su personalidad al mostrarle puntos de vista que pueden o no ser los más convenientes para ella pero que le dan otra perspectiva de cómo puede ser la vida.
Sin duda mi personaje favorito es Eme, la abuela Mercedes, Mer para sus amigos. Desde el inicio es un pilar en la vida de Inés, la apoya y busca ayudarla a ver las cosas distintas, a darse cuenta de que no todo es como le han enseñado. Su historia de vida es de las más conmovedoras que he leído en una novela de LIJ y solamente por eso ya valdría la pena leerla.
Ahora, el papá. El papá de Inés y todo lo que representa: conservador, machista, intransigente, obstinado. No creo que se trate de justificarlo, sino, como al resto de los personajes, mostrarlo tal cual es para que, junto con Inés, decidamos los lectores por nosotros mismos lo que pensamos de sus creencias. Está tan bien construido, con tantos detalles que cae mal y quisiéramos hablar con él.
Una historia sobre crecer y tomar decisiones por una misma.
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