jueves, 17 de mayo de 2018

Mi dieta ya no cojea

Después de leer Mi dieta cojea lo natural era continuar con este texto: las sugerencias de la vida cotidiana para poner en práctica todos los consejos.

Si bien la principal dificultad que le vi al texto fueron las diferencias culturales en cuanto a platillos específicos, los consejos generales sí me fueron muy útiles. Las opciones de las planes de comida, las combinaciones y la distribución a lo largo de la semana me fueron muy útiles. Había algunas cosas que ya sabía gracias al plan de alimentación que estoy siguiendo pero había otras cosas que no. Por ejemplo, que las legumbres se pueden considerar proteínas completas y consumirse en lugar de la carne. Si bien no he dejado de comer carne, sí tengo más legumbres en mis comidas, especialmente los garbanzos y el humus.

Lo que más me gustó de este volumen fue la parte final donde se lleva a cabo una reflexión sobre lo que implica comprar lo que compramos: consumir local o importado; lo de temporada o lo que ha sido cultivado en invernadero; las verduras o la carne. Me hizo pensar en mis hábitos de compra: generalmente las verduras y las frutas las compro en el mercado donde elijo lo más barato y por lo tanto lo que está de temporada. Por ejemplo, las fresas me gustan mucho con avena pero cuando están caras no las compro y cuando han bajado su precio, sí. La carne también suelo comprarla en el mercado aunque algunas veces la compro en el supermercado: aunque trato de elegir opciones frescas a veces también compro congelados.

Aunque todavía me hace falta mucho camino por recorrer en la creación de mi "burbuja de salud" creo que los primeros pasos ya están dados: el reto es continuarlos y seguir con la pérdida de peso.


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