martes, 18 de septiembre de 2018

Llenos de rabia

A Pasqual Alapont lo conocí cuando me llevaron los libros para considerar para este ciclo escolar. Dentro del programa quedó su novela Un verano sin gringas, una historia sobre un puberto y sus aventuras durante el verano. Con un tono desenfadado, presenciamos cómo se desarrollan los planes de Arnoldo de maneras inesperadas. Me gustó y creo que a los pubertos también les va gustando.

En esta historia en cambio el tono es realista, desde el punto de vista más trágico de los acontecimientos. Enrique es un joven que pasa desapercibido en su escuela o por lo menos eso es lo que busca. En casa su padre es alcohólico y como consecuencia golpeador de quien se le ponga enfrente, principalmente de la madre. Por si eso fuera poco las cosas en la escuela se empiezan a salir de control también y van de mal en peor.

Cuando llegué más o menos a la mitad del libro y sucede un acontecimiento trágico en la escuela, me empecé a imaginar cómo podría terminar todo eso y nada de lo que me imaginé sucedió. El desenlace me dejó con el corazón apachurrado y con una admiración por el autor al lograr plasmar la historia.

Y si además de eso le sumamos el personaje de Nuria, la profesora, el libro me habló: ¿cómo lograr el equilibrio con los pubertos entre la autoridad y la enseñanza y la camaradería y la confianza? Su desenlace también me agobió y me dejó pensando.

Muy recomendable pero no para personas sensibles que solamente quieran ver el lado positivo de las cosas.



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