Lo primero que me sorprendió es que este libro estuviera publicado en la colección Gran angular de Ediciones SM. No por su mala calidad sino por su temática y su tono. Se trata de un tono mucho más maduro que el del resto de los libros que he leído de esta colección, más hacia la madurez del final de la adolescencia que hacia el principio de ésta. El tema al principio parece similar: un chico en busca de su identidad a través de un grupo de amigos, se enamora, se desenamora, conoce a un par de chicas y una de ellas se vuelve un tema recurrente.
Me gustó mucho el personaje Darío aunque a ratos me desesperaba pero creo que retrata muy bien un tipo de hombre.
Los personajes femeninos estuvieron a poco de volverse un cliché, pero Sarah salvó el asunto. Aunque me hubiera gustado que se desarrollara un poco más su depresión como enfermedad, me pareció que estuvo clara su situación.
Ahora, ¿le recomendaría esta novela a los pubertos? Desde mi posición de maestra tal vez no, desde una posición de amiga o pariente, tal vez sí, depende de a quién y su edad. Me parece que es una historia que funcionaría mejor con chicos de prepa.
Cumplí con mi propósito de leer un libro más en la página de SM
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