Aparentemente los leí en el orden equivocado pues mientras leía me di cuenta de que Jack primero había escrito poemas sobre su perro amarillo, pero bueno, lo importante fue haberlo leído pues me encantó el estilo de narrar.
Está Jack, un niño que asiste a la clase de la maestra Stretchberry, en la cual hay varias tareas acerca de poesía, poemas y escribir uno mismo. Al principio se resiste, como prácticamente cualquier niño frente a una tarea asignada por una profesora, pero luego se va dando cuenta no solamente de que la poesía puede ser divertida sino de que él también puede escribirla y los demás valorarla.
Me encantó cómo el niño va presentando las actividades que hace y poco a poco va ganado confianza. También está el tema del gato, por supuesto, al principio no lo quiere pero también se va ganando un lugar en su corazón. Además aparece su mamá quien también se empieza a interesar por lo que escribe su hijo.
En el caso del primer libro, aparece también el autor de uno de los poemas que se leyeron en clase quien es más accesible de lo que Jack se hubiera imaginado.
Un par de libros cortos pero muy significativos, no solamente para los niños que quieren acercarse a la poesía sino también para los adultos que tratan de enseñarla.
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