sábado, 11 de noviembre de 2017

Mil veces hasta siempre

Tenía mucha curiosidad de leer esta novela y no me defraudó. Si bien es una historia de amor, no es solamente eso: hay un misterio que debe ser resuelto, una amistad que se pone a prueba y una enfermedad. Aunque el tema de la enfermedad me daba resquemor, todo quedó aclarado cuando me di cuenta de que se trataba de una enfermedad mental (así que las "sorpresas" del estilo "Bajo la misma estrella" no iban a pasar de sopetón) pensé que iba a ser complicada la historia, pero no fue así.

Aza es una puberta que tiene una enfermedad mental que le causa ansiedad, mucha ansiedad y eso le causa problemas para relacionarse con todo mundo. Además su padre murió repentinamente y ella y su madre se quedaron solas sin saber muy bien qué hacer una con la otra. Daisy es su mejor amiga, quien la acompaña y será quien la anime a participar en la resolución del misterio del multimillonario perdido. En este misterio está involucrado Davis, el hijo a quien Aza conoció en su niñez.

Aza es un personaje al que amas u odias por sus peculiaridades. Su monólogo interno puede resultar cansado y molesto pero también esclarecedor y perturbador. Yo creo que todos hemos pasado por tener un pensamiento recurrente, que no nos deja avanzar hasta que le hacemos caso, pero lo que le sucede a Aza va más allá de eso. Me gusta mucho la comparación con la espiral, porque tiene dos sentidos: hacia adentro se va haciendo más pequeña, hacia afuera, más grande.

El estilo de John Green está presente desde el primer capítulo, ese modo de narrar que parece sencillo y familiar, que logra que los personajes tengan vida propia.

Me parece muy recomendable para los pubertos: al presentar a Aza, muchos pueden darse cuenta de que sus rarezas no lo son tanto.



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