Como bien presenta el narrador a esta historia es y no es una fábula, es y no es un cuento de ficción, es y no es una historia de las mil y una noches. Si bien la anécdota toca un tema delicado, es llevada de tal manera que todo avanza de manera de natural.
Noé es un niño que lleva una vida sin mayores preocupaciones, hasta que un día es secuestrado. En su encierro conocerá a Carlos, el hombre que le lleva de comer y "El Gorras" un niño que se asoma por la ventana del sótano y tiene conversaciones con él. Será Carlos quien despierte al narrador que Noé lleva dentro y al igual que Sherezada, irá distrayendo a su captor con las historias de Noé el del arca, Pepe Corcueña y los animales parlantes.
Debo decir que el final es feliz, contra todo pronóstico y que sí, me pareció un final feliz con todo y lo que sucede porque tanto Noé como Carlos como "El Gorras" descubren partes de sí mismos que los llevan a reconciliarse y aceptarse.
Muy recomendable para tratar este tema con los pubertos, sin despertar el morbo simplemente al contar una historia.
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