Me gusta mucho el mosaico de opiniones que están presentes, la variedad de edades de las madres (y de los hijos) y la cantidad de veces que aceptan que desearían no haber sido madres.
El capítulo que más me gustó fue en el que se inserta en el contexto el arrepentimiento aceptado por la sociedad y el que no: si es mal visto fumar, una persona que se arrepienta de haber fumado es alabada mientras que en el caso de la maternidad, al ser socialmente bien vista, cuando una madre osa decir que se arrepiente, es mal vista, criticada y señalada.
Me parece pertinente que la investigadora haga hincapié en que el hecho de que ella misma no sea madre no influye en su investigación, al contrario, le parece pertinente abrir la discusión para que más mujeres puedan abiertamente tomar la decisión por sí mismas y no simplemente por seguir lo que manda la sociedad a la que pertenecen.
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