Si bien los diálogos abundan en las novelas de Almudena Grandes los párrafos donde nos cuenta las acciones tienen características muy particulares: son extensos, con descripciones detalladas no solamente de los espacios donde se desarrollan las historias, sino de los sentimientos y pensamientos de los personajes, además pueden constituir en sí mismos una historia dentro de la gran historia.
Por ejemplo, el cuento "Demostración de la existencia de Dios" incluido en "Estaciones de paso" está construido por 6 partes, cada una de las cuales es únicamente un párrafo. En este caso los puntos suspensivos además de cumplir con su función principal, también permiten saber que hay cosas que no se dicen y que son igual de relevantes que las que sí se dicen.
Un caso menos extremo es el cuento del mismo libro "El capitán de la fila india", un párrafo es página y media. Narrado también en primera persona es una radiografía del protagonista.
Ahora bien, el uso del resto de los signos de puntuación es maravilloso: podemos saber exactamente dónde empiezan y terminan las ideas y con ayuda de los signos de interrogación y admiración conocemos también las emociones de los personajes.
En cuanto a las novelas, los párrafos también son extensos y llenos de riqueza. Por ejemplo, en "Los aires difíciles" tenemos el elemento extra del manejo de diversos momentos en el tiempo. Para eso son indispensables los párrafos largos con detalles y fechas exactas:
También utiliza la extensión de los párrafos para contagiarnos del sentir del personaje con el que se relaciona, habla y nos permite acercarnos más a ellos. Tal como sucede en este pasaje de "Malena es un nombre de tango", donde vemos a Fernando desde los ojos de Malena y comprendemos su fascinación por él.
En suma, el ritmo de lectura de los textos de Almudena se ve determinado no solamente por la puntuación que elige sino también por la extensión de los párrafos y cómo intercala los diálogos entre ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario