En sus primeras cuatro novelas: Las edades de Lulú, Te llamaré viernes, Malena es un nombre de tango y Atlas de geografía humana el narrador es en primera persona, también llamado narrador personaje o narrador homodiegético (es decir, que se encuentra dentro de la diégesis, la narración). La misma protagonista de la historia es quien la narra y desde su perspectiva conocemos los hechos, sus opiniones y sus creencias.
Por ejemplo, en "Malena es un nombre de tango" la acompañamos en su vida desde la infancia y es a través de sus ojos que conocemos a la familia Fernández de Alcántara:
En las siguientes novelas: Los aires difíciles, Castillos de cartón y El corazón helado en el narrador será omnisciente, es decir, el que conoce lo que sucede no solamente con el protagonista sino también con el resto de los personajes, las circunstancias y los hechos que rodean a la acción principal. De este modo sabemos cosas que el protagonista ignora y eso nos permite acompañarlo de otra manera por su desarrollo.
Por ejemplo, en "El corazón helado" gracias al uso de este tipo de narrador podemos conocer tanto el punto de vista de Raquel como el de Álvaro y atestiguamos cómo es que sus vidas han estado unidas desde hace años y sin embargo serán ellos quienes decidan unirlas por completo.
Finalmente, en las novelas del ciclo "Episodios de una guerra interminable": Inés y la alegría, El lector de Julio Verne, Las tres bodas de Manolita (hasta abril de 2017), los narradores se combinan según la intención de darnos mayor o menor cercanía con el protagonista.
Por ejemplo, en el inicio de "Inés y la alegría" se describe el contexto:
Sea cual sea el tipo de narrador que nos cuente la historia, siempre será un placer leer a esta autora.
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