Para leer este libro es necesario estar en cierto estado de ánimo y en una apertura mental que te permita recibir el mensaje claramente y sin estar cuestionándolo todo.
El estilo de Albert es muy claro: es un optimista irremediable y eso se filtra en todas sus historias. En "El mundo amarillo" sienta las bases de su filosofía de vida y en este volumen la desarrolla.
El libro está concebido también con la idea de ser un cuaderno de actividades para que el lector escriba sus propias ideas sobre las propuestas, para que identifique sus propias maneras de afrontar la vida.
Confieso que me tardé en leerlo por dos razones: para disfrutarlo más y para digerirlo mejor. De todas maneras, supongo que lo iré releyendo en algún momento.
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