miércoles, 16 de agosto de 2017

Nocturno Belfegor

En este segundo volumen Sergio se enfrenta a un demonio que sabe ocultar muy bien su apariencia, tanto, que le toma más de 300 páginas identificarlo por completo pero cuando lo hace todo se desencadena con mayor rapidez.

Me gustó que salieran del país, que se enfrentaran a lo desconocido y que por fin Sergio empezara a confiar en sus capacidades como mediador.

No me gustó que desapareciera un personaje antes de conocerlo bien, sobre todo porque podría haberle ayudado mucho a Sergio.

Me di cuenta de que disfruto más de cómo va descubriendo al demonio que de la lucha en sí: los detalles escabrosos me interesan menos que saber cómo lo puede vencer antes del enfrentamiento final.

Una vez más sus amigos serán piezas claves para vencer: Jop con todo y sus indiscresiones, Guillén con la buena voluntad pero pocos éxitos y Brianda quien hace a un lado incluso su propio bienestar.

Cuando leí la primera parte de esta serie de libros me gustó mucho el planteamiento de los mediadores y los héroes, que los segundos no deberían saber que lo son para poder cumplir con lo que les toca hacer. En esta ocasión Sergio deberá tomar decisiones para la sobrevivencia de él y de sus amigos, algunas que tendrán consecuencias negativas para él.

El estilo me dio reminiscencias de obras clásicas de terror, no solamente por los lugares donde se desarrolló la acción sino también por incluir cartas y documentos relevantes para interpretar los misterios.

Recomendable para leer incluso sin haber leído la primera parte y lo mismo, este segundo volumen cierra sus tramas y a pesar de eso, dan ganas de leer el siguiente.


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