Me llamó la atención este libro cuando supe que se trataba de la depresión de una adolescente. El hecho de que haya ganado el Premio Gran Angular 2015 creí que era una garantía, pero me equivoqué. Sí está bien narrado, sí el personaje principal está bien construido, pero eso que tiene en las últimas páginas no se le puede llamar final.
Tan bien está construida Dana, la protagonista, que uno quiere saber qué le pasa a esa niña bien de Las Lomas, incluso hice a un lado mis prejuicios sociales y dije, bueno, la depresión le puede pasar a cualquiera. Cuando le diagnostican epilepsia, pensé, bueno, pues así se justifica que "teniéndolo todo" esté deprimida. Pero cuando además le diagnostican bipolaridad, ya fue demasiado.
Igual seguí leyendo con interés pero mientras más avanzaba y se agregó el tema de la obesidad y quedaban menos y menos páginas, me dije, esto no va a acabar bien. Y no, ni siquiera acabó. He leído libros con finales abiertos maravillosos, el primer ejemplo que reciente que recuerdo es "Eleanor & Park", pero en este caso es como si se hubiera cansado la autora y ya, como si se le hubieran acabado las pilas. Uno entendería eso de cualquier publicación, pero ¡le dieron un premio! A eso no se le puede dar un premio, me van a disculpar mucho.
Mención aparte merecen las súper erratas de cambiarle el nombre a una de las mejores amigas: hay un par de páginas en las que en lugar de llamarse Carola como en todo el libro, le ponen Carlota.
Y luego cometo el error de buscar a la autora para ponerle cara a quien hizo eso y veo el video promocional y no, pues es que ella es la niña bien que sin razón aparente cayó en depresión y entonces me vuelven los prejuicios sociales.
Tal vez después cambie mi opinión pero ahorita, justo después de terminar de leerlo, tenía que sacarlo de mi mente.
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