En la cuarta parte de esta serie de novelas, volvemos a un tiempo más cercano a la tercera, cuando todos los hermanos Murry aún viven en la casa paterna. En esta ocasión los protagonistas serán los gemelos Sandy y Dennys quienes son la parte lógica y pragmática de la familia.
Una tarde llegan a casa hambrientos y al buscar que comer y qué beber, llegan al laboratorio de sus padres. Sin darse cuenta del letrero de advertencia, entran sin tomar precauciones y se ven envueltos en uno de los experimentos de su padre. Aparecen en un desierto, sin saber en qué planeta o en qué época se encuentran. Luego se verán separados por primera vez en sus vidas y deberán aprender a actuar como individuos.
Me gustó mucho que los protagonistas fueran los gemelos, pues en las otras novelas casi no tienen participación más que para plantear dudas debido a su pragmatismo. Sin embargo, para poder sobrevivir en este lugar al que llegaron por error, deberán desarrollar más su imaginación y creer incluso en lo que no pueden ver, como los unicornios. Además maduran al verse separados por una temporada y tienen su primer enamoramiento... de la misma persona.
Creo que es una de mis historias favoritas, con todo y que a veces se me hizo pesada la lectura por las descripciones.
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