En esta novela se cuentan historias de la Guerra Civil española, pero el trasfondo histórico es un mero pretexto para presentarnos a personajes entrañables que nos demuestran que la valentía no es solamente para el campo de batalla, sino para la vida diaria.
Manolita es la hija de Antonio, un hombre republicano que se queda viudo y vuelve a casarse con María Pilar. Después de la guerra el padre de Manolita es hecho prisionero para luego ser enjuiciado y ejecutado. Más tarde la madrastra de Manolita también va a la cárcel, lo cual deja a Manolita con cuatro hermanos más pequeños que cuidar: Isabel, Pilarín y los mellizos Juan y Pablo. Será la historia de Manolita el eje para saber cómo vivían durante esos años en Madrid y sus alrededores, la escasez que sufrían y los abusos que se cometían.
No se puede hablar de personajes secundarios en esta novela, todos los participantes tienen su momento para conocer su historia: La Palmera y si familia que lo desprecia, Eladia y la maldición de las mujeres de su familia, El Orejas y sus ansias de pertenecer, Toñito y sus ideales, Silverio y sus padres. Cada historia se nos presenta justo en el momento en el que más requerimos saber por qué actúan como lo hacen, por qué en un momento determinado toman una decisión que aparentemente no tiene sentido: será su pasado el que nos lo explique.
Valió la pena por completo esperar durante tres años a que se terminara esta novela, parte de los "Episodios de una guerra interminable", serie de libros de los que todavía (afortunadamente) nos hace falta recibir tres volúmenes más.
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