jueves, 11 de noviembre de 2010

7/30 antes de 30: Aprender a manejar

Cuando vivía en la avenida Alcalde regresaba del gimnasio mientras veía las colas enormes de coches esperando avanzar, me alegraba de andar en mis piecitos. Ahora que vivo en avenida Revolución y al salir de mi casa veo el tráfico lento-lento a casi cualquier hora, me alegro de usar el transporte público. Sí, tengo que calcular un margen de tiempo por los imprevistos: que el camión pase retrasado, que se vaya parando en cada esquina, que choque, qué sé yo, pero ¿no hay imprevistos también en auto? Al tener la fortuna de abordar en la estación (de ida y de vuelta de mi trabajo) encuentro asiento el 95% de los viajes, lo que me permite ir leyendo, oyendo música o viendo el panorama tranquilamente. Sí, hay que lidiar con la gente que va, oír sus pláticas y su música, el calor, pero con mi carácter desesperado, acabaría con el doble de gastritis por día.

Pero entonces pienso en cuando tenga a los niños y eso de seguir viajando en el tranasporte público como que no me late: subirte como puedas con niño, mochila y bolsa de mano, que el chofer arranque a los 3 segundos, que no te dejen el asiento. Tonces creo que sólo por eso me gustaría aprender a manejar desde ahorita, para que cuando los niños sean bebés los pueda llevar a ver a las abuelas sin problemas.

Pero luego pienso en cuando lo niños crecen y agarran a las madres de chofer y entonces pienso que si no sé manejar pues no van a poder agarrarme de chofer, ¿verdad?

Así que sigue el dilema...

2 comentarios:

  1. Hay que aprender a manejar. No sólo es por evitarte el camión, sino que puedes lidiar más fácil con una emergencia :P Ya luego, cuando no quieras, no faltará algún pretexto que te salve.

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  2. Buenas recomendaciones, ¡muchas gracias!

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